Capítulo octavo
La autoridad en la familia
En este apartado se habla principalmente de cómo el
hombre era el encargado de cumplir con los rituales y ceremonias para los
antepasados, se menciona también lo que ya hemos visto, acerca de la prioridad
que se le da al varón para ejercer la patria potestad una vez que muere el
padre, y no a la mujer.
En general, la mujer es considerada como alguien de
menor importancia que el hombre, y como alguien que no puede ejercer la patria
potestad o dirigir los rituales sin estar interviniendo mediante su padre o
esposo, y al morir estos, los hijos.
El padre es el único responsable del culto religioso y
de ejercer la patria potestad, al morir él, sólo por herencia se podía adquirir
el título de pater familias.
En cuanto a la dote de la mujer, ésta la perdía al
casarse puesto que el marido se hacía cargo de todas las pertenencias que ella
adquiriera y si moría, la dote tampoco se le era renumerada. El marido es el
juez de la mujer, él manda sobre ella, su poder no tiene límites incluso sobre
la muerte, el jefe de la familia lo era todo.
En las antiguas familias creían en las almas con tal
fuerza que no les era necesario constituir las leyes de acuerdo al derecho
privado con las que se obtuviera una disciplina y estructura de justicia en el
gobierno...
No hay comentarios:
Publicar un comentario